Las vainillas, también conocidas como ladyfingers en inglés, son unas delicadas galletas de origen francés que se remontan al siglo XVII. Estas galletas esponjosas y alargadas se han convertido en un elemento básico en la repostería de muchos países alrededor del mundo.
La historia de las vainillas se remonta a la ciudad de Reims, en la región de Champagne, Francia. Se dice que fueron creadas por el pastelero de la corte del rey Louis XIV. La forma alargada de las galletas, similar a un dedo, fue inspirada por los accesorios de moda de la época, conocidos como «lady fingers» debido a su apariencia similar a los dedos de las damas.
Estas deliciosas galletas rápidamente ganaron popularidad en Francia y se convirtieron en un componente esencial de muchos postres franceses. Su textura ligera y su sabor delicado las hacen ideales para absorber licores o almíbar, lo que las convierte en un ingrediente fundamental en recetas como el tiramisú y el charlotte.
A medida que las vainillas se extendieron por el mundo, adoptaron nombres diferentes en diferentes países. En Italia, se les conoce como savoiardi y son utilizadas en el famoso postre tiramisú. En España, se les llama soletillas y son la base de postres como la natilla con galletas. En Estados Unidos y el Reino Unido, se les llama ladyfingers y son utilizadas en postres como el trifle y el charlotte.
Hoy en día, las vainillas se pueden encontrar en casi todos los supermercados y tiendas de repostería, y son apreciadas por su versatilidad en la cocina. Ya sea como base para postres o simplemente disfrutadas solas con una taza de té o café, las vainillas siguen siendo un dulce favorito en todo el mundo.
Precalentar el horno a 180°C (350°F).
En un bol grande, batir los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa y de color claro.
Agregar la harina tamizada y la esencia de vainilla a la mezcla de huevos y azúcar. Mezclar suavemente hasta obtener una masa homogénea.
Si utilizas una manga pastelera, llenar la manga con la masa y forma tiras largas y delgadas de aproximadamente 10 cm de longitud sobre la bandeja para horno. Si no tienes manga pastelera, puedes utilizar una cuchara para formar las vainillas directamente sobre la bandeja.
Espolvorear ligeramente azúcar impalpable sobre las vainillas.
Llevar la bandeja al horno y hornear las vainillas durante unos 10-12 minutos o hasta que estén doradas en los bordes.
Retirar del horno y deja enfriar las vainillas por completo antes de manipularlas.
Una vez que estén frías, retíralas de la bandeja y guárdalas en un recipiente hermético para mantener su frescura.